25 de marzo de 2013

El comienzo

choopla nacía hace hoy 7 meses, un día y unas cuantas horas. Digo unas cuantas porque no sé cuánto tiempo va a pasar desde que empiece a escribir la entrada hasta que la termine, y así me ahorro tener que volver a subir a corregirlo (ay, la vagancia, eterna compañera...)

choopla nacía pesando 2.700kg y midiendo 48cm, pequeñita pero con muchas, muuuchas ganas de comerse el mundo o, en su defecto, a hijabimami (que viene a ser la menda) a base de chupada va y chupada viene, con el consiguiente resultado de que una salía de paritorio pesando 1kg menos que antes de estar embarazada, y hoy puede pasear su cuerpo serrano por ahí sin que nadie llegue a imaginarse que es la madre de la criatura.

choopla recibía su nombre oficial (y posteriores variantes, véase chooply, chooplini, chooplina, schlupa, etc) poco antes de cumplir los dos meses, en honor a su ávida sed por la teta y sus maneras asalvajadas, tan entrañables, de abalanzarse sobre ella, que hacían pensar en el chupacabra, críptido legendario que ataca a los animales en las zonas ganaderas y rurales de latinoamérica y Estados Unidos.

choopla dormía casi todo el día y se despertaba, solamente para mamar, cada dos horas cual reloj. Mientras fue una recién nacida yo no necesitaba mirar la hora. Si ella estaba despierta, habían pasado dos horas exactas; ni un minuto más, ni un minuto menos. Después se revolucionó la historia y el control se escapó de mis manos. ¿Quién dijo que cuidar de un recién nacido era difícil? ¿Que la vida se te va en cambiar pañales, alimentar, y vuelta a empezar? ¡Aquello sí que era buena vida, que me daba tiempo hasta de echar una cabezadita entre comida y comida! A día de hoy choopla duerme de dos a tres siestas diarias, a la hora que le parece mejor y de duración variable. No se conciben cabezadas extraoficiales sin su consentimiento, y más me vale no quitarle el ojo de encima durante alguna de sus hazañas. O ir al baño sin permiso. O siquiera soñar en tiempo para comer algo, antes de que me de el bajón de azúcar. La vida es dura, señoras.

Y sin embargo, esa choopla es MI choopla, tan tierna, que se parte de risa si jugamos con su cubo a lanzarlo por el aire, que me mira desconcertada si, durante un intento de gateo, trato de llamarla diciendo "Ven", que sonríe cuando me ve entrar en la habitación, que se embadurna la cara en bechamel de los canelones y cuando ha terminado se agarra a la trona con cara de circunstancias como preguntando si ya no hay más,... Mi choopla, que se queda dormidita acurrucada contra mí en su nueva posición favorita (de lado y con la cabeza esperpénticamente echada hacia atrás), con sus manitas regordetas acariciándome en sueños.

choopla es, en resumen, irremplazable.

7 comentarios:

  1. Muy bonita la idea... muchos besos a ti, MI choopla, y muchos más a ella...

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    1. Lo que tiene el aburrimiento mortal del desierto xDDD
      Y de esto que te pones a leer blogs de gente y dices, coñe, pues si ellas pueden... ¿por qué yo no? A ver cuánto me dura... de momento ya estoy hasta el moño del vector jeje.

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  2. Que grandiosa acogida que me habéis dedicado, milady ;) Yo soy fan de tus fotografías, pero eso ya lo sabes tú jejeje... se intentará mantener el nivel de jocosidad y mejorar la infraestructura que parece que ha pasado una bomba por aquí jejeje!!! Un besote guapa :)

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  3. me encanto el articulo!!!muy entretenido y emotivo!!

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  4. exelente blog confi!! es realmente un gusto leerla sin restricciones de vocabulario y en toda su extension!! felicidades por un choopla en el desierto.. considereme pues un chooplafan oficial!! XD abrazos!!

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    1. ¿Y usted, confi? ¿Cuándo retomará usted la pluma? Veamos lo que me dura la inspiración ju0ju0 :) Un besote :)

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